jueves, 9 de septiembre de 2010

Mega-mineria a cielo abierto

Debido a una variedad de leyes de minería, las empresas cuentan con grandes beneficios, como lo son el suministro de agua y electricidad gratuitos y el apoyo de gobiernos locales, construyéndoles caminos, aeródromos y demás requerimientos. Además existen numerosos gastos tales como la realización del tendido eléctrico, la adquisición de equipamiento, los ensayos realizados, etc., que pueden ser asumidos por las empresas mineras, ya que luego podrán deducirlo en un 100 % del pago de los impuestos. Lo que no suelen considerar dentro de sus costos es el otorgamiento de compensación alguna o la implementación de medidas mitigadoras, debido al impacto que generan sus emprendimientos sobre el ambiente y la salud humana. Todo esto para que prospere un mega-proyecto donde solo dos cosas no llegan a ser de tamañas dimensiones: el número de personas empleadas, debido a la alta mecanización, y el dinero que queda en el país. Así, las empresas mineras trabajan de una manera muy estratégica y conveniente: en algunos casos acaparan todos los sectores, desde el Poder Judicial hasta los medios de comunicación y hospitales, a través de un sistema de donaciones, pretendiendo de esta forma suavizar las relaciones o revertir el rechazo de la gente hacia ellas. Bajo este modelo impuesto y sin mayor dificultad, estas empresas multinacionales desarrollan en nuestro país la minería contaminante. Una actividad que por sus prácticas actuales (los métodos de extracción que utilizan), no solo contamina, sino que altera el paisaje, el curso de los vientos, afecta la salud de la población y el ambiente y utiliza un recurso que de por sí, en muchas de las regiones en donde se encuentran las explotaciones es escaso: el agua. Por si fuera poco, estos mega-proyectos tampoco tienen en cuenta las áreas que son valiosas para la conservación de la biodiversidad. Claro ejemplo de esto son las pretensiones de explotar los yacimientos auríferos del Famatina. Allí se ubica la Reserva Provincial Serranías del Famatina, creada para proteger este sistema de sierras y su biodiversidad, dado que es el principal centro de endemismos de la provincia y uno de los más importantes del país. La falta de autoridades idóneas en materia ambiental, con la consecuente escasez de un modelo de desarrollo regional sustentable y la ausencia de gobernantes que prioricen la seguridad, la calidad de vida, el futuro de sus pueblos y la protección de sus ambientes, nos sigue arrimando a un peligro extremo. Este vacío institucional, se vio reflejado con el rechazo presidencial a la ley de protección de los glaciares. En donde, lejos de considerarse políticas tendientes a mitigar los efectos del cambio climático y proteger el recurso del agua, se sigue apostando a las mineras y a los gobiernos provinciales que las apoyan. Por otra parte, las solicitudes de cateo de las multinacionales siguen aumentando, lo cual nos deja anticipar el interés de estas empresas por explotar nuevos lugares y seguir con los robos.

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